Si no te ríes con el Cachorro o Bagel, Muffin o Chihuahua o el Perro o Fregona no tienes alma.

Poco necesita Internet para arrancar esa carcajada que te pilla con la guardia baja cuando el ingenio se realimenta consigo mismo. No sé qué se le pasó por la cabeza a Karen Zack (yo por lo menos ya soy fan incondicional), pero sí que intuyo cómo se procedería a partir de ahora en una ciudad como Londres:

  • Un grupo de «expertos» se reunirían. Preferiblemente de pie, y con post its, muchos post its.
  • Donde otros pondrían ingenio, estos «expertos» buscarían datos que les digan más objetos absurdos que se pueden confundir con perros para crear nuevos memes. Yo que sé, alguien miraría al algoritmo de reconocimiento de imágenes de Google a ver qué cosas se confunden más, por ejemplo.
  • Con esto podrían producir decenas o cientos de nuevos memes.
  • Uno de ellos crearía una página en Facebook que podría hacer crecer rápidamente hasta los 100.000 seguidores.
  • En el mejor de los casos nos llenarían el Facebook de mierda que nos hace reír. En el peor encima se sacarían un dinero.

Porque oye, quién necesita alma cuando puedes mejorar tus conversiones un 1%.

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