En algún lugar de Dinamarca, Sudáfrica o Singapur, alguien se gana la vida comprando y vendiendo divisas. Su mercancía es el dinero y su tarea se reduce a tratar de comprar dinero a un buen precio para poder venderlo mas caro después. Otros madrugarían para llegar al mercado a buena hora, pero él solo tiene que sentarse delante de un ordenador. Le tiene echado el ojo a las libras esterlinas así que hace un click en la pantalla y teclea una cantidad: 40.000. Un poco más a la derecha otro click: USD. Baja un poco el ratón y sobre un número grande que cambia casi cada segundo, hace click en el momento preciso.

Usted ha vendido 40.000 USD por 25.814.28 GBP a un tipo de cambio de 1.54953

Este mensaje lo conozco porque cada semana me siento con otros tres diseñadores para mirar a alguna variación de uno de estos mensajes. Son variaciones pequeñas del tipo: «En esta confirmación tenemos una frase en lenguaje natural y una colección de datos como números de cuenta, cantidades y fechas; ¿deberían ir primero los datos o la frase?

Y ahí podemos estar horas. Ahí estábamos ayer, sin ir más lejos, tratando de entender por qué hacemos las cosas como las hacemos cuando mi compañera dijo: «Bueno, como leemos de arriba a abajo, creo que los datos deberían ir primero porque son lo más importante».

Pero un momento, ¿leemos de arriba a abajo?

Música clásica

Vamos a hacer experimento. Antes de seguir leyendo trata de responderme a estas preguntas:

  • ¿En qué estación de metro me bajo?
  • ¿Qué suena por megafonía?
  • ¿Qué libros puedo conseguir ahí?
  • ¿De qué color son los dibujos de la pared?

Hay una posibilidad de que no estés leyendo esto (si lo estás leyendo, más abajo sabrás por qué). Pero si sigues aquí y has sabido responder a alguna de las preguntas sin terminar de leerlo todo es porque no me estás leyendo de arriba a abajo.

Escribir, escribimos de arriba a abajo (y no siempre) pero leer… Si sabes dónde me bajo del metro no es porque hayas leído de arriba a abajo, porque todavía no te he hablado de todo lo que hay en Oval, sino porque estás leyendo esto a dos velocidades (o en dos tiempos).

Thought of the day

Ahora el bloguero petardo que hay dentro de mí debería empezar a explicarte con tono paternalista, que es bastante probable que al seguir el enlace hayáis echado un vistazo para saber de qué iba esto y que seguramente hayas leído primero los títulos, visto luego la foto y que con un poco de suerte te ha picado la curiosidad como para leer un poco más donde, ¡ah! ¡Pobre incauto!, te he soltado toda esta matraca de diseño, divisas y la madre que lo parió a todos, demostrando así con un ejemplo práctico que no necesariamente leemos de arriba a abajo sino a dos velocidades.

Pero no lo voy a hacer. En su lugar te voy a hablar de mi nueva parada de metro.

Y libros de intercambio

Oval: Música clásica, intercambio de libros y thought of the day
Oval: Música clásica, intercambio de libros y thought of the day

Londres tiene demasiada prisa y pocos modales. El metro se llena todos los días de gente con malas pulgas que parece que no tiene ninguna gana de estar donde está: ahí, bien apretadito junto a ti en un tren que os lleva a la city en plena hora punta. Por eso sorprende encontrar a gente que disfruta con su trabajo tanto como para ponerle mimo y cariño a una ciudad que se mueve sólo por el dinero. Y sorprende más aún pensar que esa persona trabaja en algo tan poco glamuroso como una estación de metro.

Me encantaría conocerle, poder contaros su historia e incluso enseñaros una foto. Sin embargo todo lo que sé es que alguien se ha tomado la molestia de abrir a Oval una cuenta de Twitter, de preparar un puesto de intercambio de libros y de escribir cada mañana un «pensamiento del día», pensamientos que luego se tuitea con otras estaciones como Covent Garden. Y todo ello mientras por la megafonía de la estación suena música clásica.

Música clásica en hora punta del metro de Londres. ¿Cómo mola eso?

Nota: Si no te interesa ni el mercado de divisas ni el diseño y solo estas aquí porque me conoces y quieres saber qué tal me va la vida, mejor que empieces a leer debajo de la foto 😉

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3 comentarios

  1. Hola, ¿me podrías decir exactamente donde se encuentra ese punto de intercambio de libros? me parece muy curioso y como en unos 10 días iré a Londres me gustaría pasarme e intercambiar alguno.
    Muchas gracias!

    1. Hola Laura, este punto está en la estación de metro de Oval, de la Northern Line (la negra). Si lo buscas en alguna aplicación como Google Maps o Citymapper te aparecerá sin ninguna dificultad. Es una zona que se encuentra al sur del río, relativamente cerca de Vauxhall, que es un intercambiador importante sobre todo si quieres visitar algunos pueblos del oeste como Richmond o Wimbledon. La verdad es que no hay nada muy interesante por esa zona salvo el estadio principal de cricket, así que se me hace difícil recomendarte la visita sólo por el puesto de intercambio de libros. Pero vamos, la ciudad está llena de lugares como ese y sé que no es la única estación de metro que tiene cosas de este estilo, aunque me cuesta ahora mismo recordar alguna otra de memoria.

      Lo dicho, espero que disfrutes de la visita y si te puedo ayudar con algo más no dejes de preguntar 😉

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